Luna llena de otoño


Estos días, mirando cerca del horizonte hacia el norte - noreste, a última hora de la tarde y primera de la noche (hemisferio norte), se puede ver una fantástica luna casi llena. Mañana 4 de octubre es la luna llena más próxima al equinoccio de otoño, conocida precisamente como luna llena de otoño o «de la cosecha». Su belleza se ve incrementada por su tamaño aparente, más grande de lo que parece al estar baja sobre el horizonte.

Fuente: Blog Microsiervos

400 Años del Telescopio de Galileo

El óptico holandés Hans Lippershey fue probablemente el que construyó el primer telescopio en la primera década del siglo XVII. Galileo fue uno de los que lo utilizaron para observar los cielos. El telescopio que construyó galileo en 1609 era un telescopio de refracción, con lente convexa delante y una lente ocular cóncava. Con él descubrió las fases de Venus, lo que indicaba que este planeta gira alrededor del Sol. También descubrió cuatro lunas girando alrededor de Júpiter.

¿Pero quién fue Galileo? ¿Qué sabemos de su persona?

El físico y astrónomo italiano Galileo Galilei (1564-1642) sostenía que la Tierra giraba alrededor del Sol, lo que contradecía la creencia de que la Tierra era el centro del Universo. Se negó a obedecer las órdenes de la Iglesia católica para que dejara de exponer sus teorías, y fue condenado a reclusión perpetua. Junto con Kepler, comenzó la revolución científica que culminó con la obra de Isaac Newton. Su principal contribución a la astronomía fue el uso del telescopio para la observación y descubrimiento de las manchas solares, valles y montañas lunares, los cuatro satélites mayores de Júpiter y las fases de Venus. En el campo de la física descubrió las leyes que rigen la caída de los cuerpos y el movimiento de los proyectiles. En la historia de la cultura, Galileo se ha convertido en el símbolo de la lucha contra la autoridad y de la libertad en la investigación.

Nació cerca de Pisa el 15 de febrero de 1564. Estudió con los monjes en Vallombroso y en 1581 ingresó en la Universidad de Pisa para estudiar medicina. Al poco tiempo cambió sus estudios por la filosofía y las matemáticas, abandonando la universidad en 1585 sin haber llegado a obtener el título. En 1589 trabajó como profesor de matemáticas en Pisa, donde se dice que demostró ante sus alumnos el error de Aristóteles, que afirmaba que la velocidad de caída de los cuerpos era proporcional a su peso, dejando caer desde la torre inclinada de esta ciudad dos objetos de pesos diferentes.

Otros importantes descubrimientos de Galileo en aquellos años son las leyes péndulo (sobre el cual habría comenzado a pensar, según la conocida anécdota, observando una lámpara que oscilaba en la catedral de Pisa) y las leyes del movimiento acelerado, que estableció después de trasladarse a enseñar en la Universidad de Padua en 1592. En Padua, sin embargo, y después en Florencia, Galileo se ocupa sobre todo en astronomía y lo hará intensamente hasta 1633.

En 1609 oyó decir que en los Países Bajos habían inventado un telescopio. En diciembre de 1609 Galileo había construido un telescopio de veinte aumentos, con el que descubrió montañas y cráteres en la Luna. También observó que la Vía Láctea estaba compuesta por estrellas y descubrió los cuatro satélites mayores de Júpiter. En marzo de 1610 publicó estos descubrimientos en El mensajero de los astros. Su fama le valió el ser nombrado matemático de la corte de Florencia, donde quedó libre de sus responsabilidades académicas y pudo dedicarse a investigar y escribir. En diciembre de 1610 pudo observar las fases de Venus, que contradecían la astronomía de Tolomeo y confirmaban su aceptación de las teorías de Copérnico.

A principios de 1616, los libros de Copérnico fueron censurados por un edicto, y el cardenal jesuita Roberto Belarmino dio instrucciones a Galileo para que no defendiera la teoría de que la Tierra se movía. Galileo guardó silencio sobre el tema durante algunos años y se dedicó a investigar un método para determinar la latitud y longitud en el mar basándose en sus predicciones sobre las posiciones de los satélites de Júpiter.

En 1624 Galileo empezó a escribir un libro que quiso titular Diálogo sobre las mareas, en el que abordaba las hipótesis de Tolomeo y Copérnico respecto a este fenómeno. En 1630 el libro obtuvo la licencia de los censores de la Iglesia católica de Roma, pero le cambiaron el título por Diálogo sobre los sistemas máximos, publicado en Florencia en 1632. A pesar de haber obtenido dos licencias oficiales, Galileo fue llamado a Roma por la Inquisición a fin de procesarle bajo la acusación de "sospecha grave de herejía". Galileo fue obligado a abjurar en 1633 y se le condenó a prisión perpetua (condena que le fue conmutada por arresto domiciliario). Los ejemplares del Diálogo fueron quemados y la sentencia fue leída públicamente en todas las universidades.

La última obra de Galileo, Consideraciones y demostraciones matemáticas sobre dos ciencias nuevas relacionadas con la mecánica, publicada en Leiden en 1638, revisa y afina sus primeros estudios sobre el movimiento y los principios de la mecánica en general. Este libro abrió el camino que llevó a Newton a formular la ley de la gravitación universal, que armonizó las leyes de Kepler sobre los planetas con las matemáticas y la física de Galileo.

¡ LLEGAN LAS PERSEIDAS!


Como cada año en agosto, llega la lluvia de meteoros denominada las Perseidas.

Las Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo son un espectáculo de estrellas fugaces o meteoros, que dejan una estela de luz en el cielo cuando las partículas del cometa Swift-Tuttle del que proceden se desintegran en la atmósfera. La lluvia tiene lugar cada año por estas fechas, cuando la órbita de la Tierra se cruza con la del cometa, que tarda unos 130 años en completar una vuelta completa alrededor del Sol.

Para verlas hay que mirar hacia la constelación de Perseo (visible desde el Hemisferio Norte), de la que toma su nombre, concretamente entre Perseo y Casiopea. Esta última, que está justo encima de la primera, es fácilmente identificable porque tiene una marcada forma de W. Se encuentra entre el norte y el noreste.

La Sociedad de Observadores de Meteoros y Cometas de España (SOMYCE) ha publicado una Documento PDF Guía de Observación de las Perseidas 2009 [PDF, 2,1 MB], cuyos picos de actividad máxima sucederán mañana, en la noche del 12 al 13 de agosto.



La Guía de Observación de SOMYCE contiene un montón de información acerca de las lluvias de estrellas en general, y de las Perseidas en particular. Además de diagramas e información sobre la observación a ojo desnudo, contiene explicaciones de cómo contabilizarlos y registrarlos, verlos con un telescopios, fotografiarlos o grabarlos en vídeo.

Fuente: Microsiervos

El cielo del mes de mayo

Unas indicaciones sencillas para admirar los objetos celestes de este mes.

La Luna estará en fase de cuarto creciente el 1 de mayo en Cáncer, Luna llena el 9 en Libra, cuarto menguante el 17 en Capricornio y finalmente Luna nueva el día 24 en Tauro.

Mercurio es visible durante los primeros días del mes, sobre el horizonte de la puesta de Sol. El día 1 del mes se sitúa muy cerca de las Pléyades. El planeta se pone una hora y media después que el Sol, así que habrá que aprovechar lo primeros momentos en los que el cielo se oscurece, después de la puesta de Sol. El planeta se verá como una pequeña bola centelleante de magnitud 2.
Venus, en el cielo del amanecer, va ganando cada día mayor altura. Con una magnitud de -4,7 es el objeto más brillante del cielo, exceptuando a la Luna y el Sol. El día 21, la Luna pasa cerca de este planeta, a unos 7º.
Marte
también anda por la zona, aunque con una magnitud mucho más débil. El brillo de Venus es unas 160 veces superior al de Marte. Marte es visible en malas condiciones, dada su baja altura y pobre brillo, la magnitud será 1,2.
Júpiter es visible antes de la salida del Sol, unas 4 horas antes de que asome el astro rey (a finales de mes se ve a primera hora de la madrugada). Su magnitud es -2,3. Sigue aumentando de brillo, y lo seguirá haciendo hasta su oposición de mediados de agosto próximo, estando cada vez en mejores condiciones de observación. El planeta va mostrando sus características bandas ecuatoriales y también podríamos observar la famosa Mancha Roja, en el caso de estar en tránsito por el hemisferio que observamos.

También es muy aconsejable ver el continuo cambio en posición de los cuatro satélites galileanos, Io, Europa, Ganímedes y Callisto, claramente visibles pegados al disco de Júpiter ya que presentan una magnitud de entre 5 y 6.

El 25 de mayo Júpiter pasa muy cerca de Neptuno, a exactamente 0,4º al sur. Neptuno en esos momentos tiene magnitud 8, por lo que es fácilmente visible con prismáticos. El 20 de Mayo Júpiter pasa a 0,1º de la estrella de magnitud 5, Mu Capricornii.

Saturno es visible durante toda la noche en Leo, con magnitud 0,8, un brillo semejante a la luminaria de Leo, Régulo. Siguen sus anillos casi de canto (4º de inclinación) y este mes marca el momento idóneo para verlos en esa posición, ya que en su fase de invisibilidad, en septiembre próximo, el planeta no será visible desde la Tierra, dado que estará en la misma dirección que el Sol. Está situado en los límites de la constelación de Leo, a mitad de camino entre Régulo y Spica, las dos luminarias de Leo y Virgo.

La inclinación tan pequeña de los anillos permite efectuar una detenida inspección de las lunas del planeta, siendo visibles varias de ellas cerca del disco planetario, destacando entre todas Titán, con magnitud 8. Es interesante durante esta fase de anillos de canto poder observar el paso de los satélites más brillantes por delante del disco planetario, así como las sombras que estos proyectan sobre el planeta.

La magnitud de las lunas es: Rea (9,5), Tetis (10,0), Dione (10,2), Japeto (10,1) y Enceladus (10,5). Con un telescopio de al menos 15 centímetros de abertura serán fácilmente visibles y podremos comprobar su cambio de posición que es notable en únicamente un intervalo de 10 minutos.

Urano va ganando altura en el cielo del amanecer, situándose cerca de la estrella Lambda Piscium. Con magnitud 6, es un objeto fácil para ser observado con prismáticos.

Neptuno se sitúa cerca de Júpiter, estando este mes cerca de la estrella Mu Capricornii, de magnitud 5. El brillo del planeta es magnitud 7,9.

Plutón se encuentra bajo en el cielo del amanecer, por lo que su observación se hace bastante difícil.

Cielo Profundo

Comienza la temporada de galaxias primaverales, visibles cada vez en mejores condiciones. Están en todo su esplendor cúmulos como los de Leo, Osa Mayor y, en la segunda parte de la noche, Virgo y Coma. En el cúmulo de Leo hay galaxias como M65, M66, M95, M96 y M105; en la Osa Mayor, la célebre pareja de galaxias M81 y M82, M101, M108 y NGC 2841. En Virgo y Coma tenemos galaxias como M84, M86, M87, M88, M100, M104 (galaxia del Sombrero) y en la vecina constelación de Coma tenemos la famosa espiral de canto NGC 4565.

La galaxia del Sombrero es quizás una de las más famosas del cielo, ya que está situada en un campo estelar fácil de encontrar (hay una famosa figura formada por estrellas de magnitud 8 y 9, en forma de flecha cerca del campo de la galaxia). La galaxia se sitúa en los límites de las constelaciones del Cuervo y Virgo, encima de la figura en forma de trapecio que marcan las estrellas Gamma, Delta-Eta, Epsilon y Beta Corvii. A aumentos medios-grandes, es posible ver a través del telescopio la famosa banda de polvo, rasgo característico de esta galaxia.

Si disponemos de un telescopio con la suficiente abertura (al menos 25 centímetros) y de unos cielos oscuros podemos intentar observar otra famosa pareja de galaxias en interacción, las célebres Antenas NGC 4038-39, situadas al norte de la estrella 31 Crateris (a pesar de que con un telescopio de pequeña abertura las galaxias desmerecen con respecto a las imágenes fantásticas de los efectos de la colisión que pudo realizar el Telescopio Espacial Hubble hace unos años) es interesante comprobar el aspecto del objeto y su forma irregular. Ni que decir tiene que los famosos apéndices que dan el nombre al objeto únicamente son visibles en fotografías de larga exposición y/o telescopios de al menos medio metro de abertura.

Eclipses

No hay eclipses previstos durante este mes.

Lluvias de estrellas

Este mes tenemos una lluvia activa, las Eta Acuaridas. Están asociadas con el cometa 1P/Halley, que es el causante de esta zona de deshechos que la Tierra cruza anualmente, originada por las múltiples visitas de este celebérrimo cometa. Este año se espera su máxima actividad en la semana del 3 al 10 de mayo. Durante esas fechas, y bajos cielos oscuros, será posible observar unos 30 meteoros por hora, pudiendo subir hasta un pico de unas 60 fugaces por hora en la noche del máximo de actividad, que se espera sea del 5 al 6 de mayo. La Luna se pone esa noche sobre la 4 de la madrugada, lo que hará que en el momento de la máxima actividad, cuando el radiante esté muy alto, podamos disfrutar de unos cielos oscuros y sin la presencia de Selene. El radiante se encuentra cerca de la estrella Eta Acuarii. El mejor momento para ver este máximo es un par de horas antes de que comience a clarear.

Cometas

El cometa 2008 T2 (Cardinal) es visible con magnitud 9, situándose por los pies de Géminis, a principio de mes y pasando por la zona de Orión para finales. Consulta en éste enlace (en inglés) los datos diarios para este cometa.

José Ripero es miembro del Centro Astronómico de Ávila

Fuente: El País (Edición Digital)

¿Cuánto dura un día?

A simple vista, la respuesta parece muy sencilla: un día es el tiempo que la Tierra necesita para dar una vuelta sobre sí misma. No obstante, la respuesta precisa requiere conocer muchas sutilezas acerca del movimiento de nuestro planeta. En la escuela aprendimos que la Tierra ejecuta dos tipos de movimiento, a saber, la rotación alrededor de su propio eje y la traslación o movimiento orbital alrededor del Sol. No obstante, nuestro planeta está continuamente sujeto a la acción de gran multitud de fuerzas de distinta naturaleza e importancia, algunas producidas en sus propias entrañas, otras provenientes del espacio exterior.

Hasta hace poco, sólo conocíamos la existencia de una pequeña parte de estas fuerzas. Por ejemplo, las llamadas fuerzas de marea, producidas por la Luna y el Sol, que son responsables de las mareas oceánicas y de la precesión del eje de la Tierra (que hace que ésta se bambolee lentamente como una peonza, con un periodo de unos 25.000 años).

Gracias al enorme desarrollo que experimentó la tecnología durante el siglo pasado, conocemos muchos detalles acerca de los diversos fenómenos que afectan al movimiento de la Tierra. Hay que destacar la técnica VLBI (interferometría de muy larga base), mediante la cual podemos combinar varios radiotelescopios (antenas parabólicas gigantescas) a lo largo y ancho del planeta. Esta técnica nos permite obtener imágenes muy nítidas de los objetos más compactos del universo, con una resolución que permitiría distinguir la longitud que crece un cabello humano durante un segundo, visto a un metro de distancia. Con esta técnica, además, podemos conocer las posiciones de los radiotelescopios sobre la superficie terrestre con una precisión de unos pocos milímetros. Hoy en día, gracias a esto ya se han detectado las mareas terrestres, que son deformaciones de la Tierra (del orden de un metro) producidas por la Luna. Hemos podido ver, además, cómo la rotación terrestre se acelera y desacelera al intercambiar energía con las corrientes oceánicas y atmosféricas (efectos de menos de una diezmilésima de segundo) o cómo la posición geográfica de los polos cambia lentamente debido al movimiento del núcleo terrestre, por causas que aún no están bien entendidas (efecto de sólo unos metros por década).

El efecto del hielo

Hemos podido observar, incluso, el efecto que el hielo que se posó en las regiones boreales tras la última glaciación tuvo sobre la rotación de la Tierra. El peso de este hielo acható nuestro planeta, ralentizando su rotación como le ocurre a un patinador cuando abre sus brazos mientras gira. Tras el deshielo, este proceso se invirtió y la Tierra empezó a reacelerarse ¡Este pequeño efecto es, hoy en día, de sólo media milésima de segundo por siglo! Se ha detectado también el empuje gravitatorio que la Luna ejerce sobre la Tierra; empuje que, poco a poco, está frenando la rotación de nuestro planeta. En efecto, la Luna actúa como si estuviera atada a la superficie terrestre, por lo que la Tierra invierte parte de su energía en acelerar a la Luna, tal y como hace el tirador de una honda con su piedra. La aceleración de la Luna hace que ésta se aleje de nosotros, a razón de unos cuatro centímetros por año, y que cada siglo los días se alarguen un par de milésimas de segundo.

En 1884 se adoptó una forma universal de medir la hora, basada en la rotación de la Tierra; esa es la hora del meridiano de Greenwich u hora GMT. No obstante, en 1958 se adoptó una nueva forma de medir la hora, basada en los estándares de frecuencia, el fundamento de los relojes atómicos; ése es el Tiempo Universal Coordinado, u hora UTC. Así pues, debido a la desaceleración de la Tierra, los segundos GMT se han ido alargando, mientras que la duración de los segundos UTC ha permanecido constante; por consiguiente, ambas horas se van desincronizando lentamente.

Un segundo extra al año

El día y la noche se rigen por la hora GMT, pero los relojes modernos lo hacen por la UTC. Debido a esto, en ocasiones hay que añadir un segundo UTC extra a la duración de un año. Se dice entonces que los años se hacen un segundo más largos, aunque esto es una mala interpretación de la realidad. Sencillamente, lo que se hace es añadir un segundo al reloj UTC, para mantenerlo lo más sincronizado posible con el reloj GMT.

Así pues, para responder con precisión a la pregunta que da título a este artículo, deberíamos considerar todos y cada uno de los efectos descritos en los párrafos anteriores, así como muchos otros que no hemos mencionado. En resumen, un día dura un día, pero no todos los días (ni los meses, ni los años) duran lo mismo. Éste es un claro ejemplo de cómo el avance en el conocimiento nos permite ver la enorme complejidad que puede esconderse detrás de lo, aparentemente, más sencillo.

Iván Martí Vidal es becario de la fundación Alexander von Humboldt en el Instituto Max Planck de Radioastronomía (Alemania)

Fuente: El País (Edición Digital)


La frontera del espacio está a 118 kilómetros

Es la zona donde la atmósfera terrestre choca con los vientos de partículas del exterior.
Si para llegar al espacio hubiera que enseñar pasaporte, la frontera estaría situada a 118 kilómetros de altura, han comprobado científicos canadienses. En esa zona de transición es donde los vientos relativamente ligeros de la atmósfera terrestre dejan paso a los violentos flujos espaciales de partículas cargadas, que pueden sobrepasar los 1.000 kilómetros por hora.

A esa altura es difícil estudiar los fenómenos físicos, porque está demasiado alta para los aviones y los globos y demasiado baja para los satélites. Por eso, los datos ahora presentados se obtuvieron con un cohete que los tomó durante los cinco minutos en que atravesó la frontera del espacio y luego llegó a los 200 kilómetros de altura. "Es sólo la segunda vez que se hacen medidas directas de los flujos de partículas cargadas y la primera vez que se obtienen datos de todos los ingredientes, como los vientos en la zona superior de la atmósfera", explica David Knudsen, de la Universidad de Calgary.

Las nuevas medidas acotan mucho mejor lo que los científicos vienen considerando el límite de espacio, que se suele fijar a efectos prácticos en los 100 kilómetros de altura. Esa fue la altura fijada en la convocatoria del premio X Ansari para la primera nave reutilizable con tres personas a bordo que alcanzara el espacio dos veces en un plazo de dos semanas. Lo obtuvo en 2004 el avión espacial SpaceShip One, diseñado por Burt Rutan.

El cohete que analizó la frontera espacial fue uno de los cuatro del experimento Joule-II que fueron lanzados el 19 de enero de 2007 por la NASA desde una base en Alaska para estudiar, entre otras cosas, los fenómenos físicos que dan lugar a las auroras. Llevaba un instrumento para la detección de iones por valor de 400.000 euros encargado por la Agencia Espacial Canadiense que fue el utilizado para hacer las medidas.

La atmósfera terrestre no aísla a la Tierra de lo que la rodea en el espacio. El Sol es el ejemplo obvio, pero no el único. "Comprender la frontera entre la atmósfera de la Tierra y el espacio exterior es básico para tener el panorama completo de los efectos del espacio sobre el clima terrestre y el medioambiente", ha señalado Russ Taylor, de la misma universidad. El trabajo, hecho en colaboración con otras institutuciones, se ha publicado en la revista Journal of Geophysical Research.

Fuente: El País.com